Proyecto 333. 3 meses, 33 prendas. Soy ecoblogger, ¿o es egoblogger?

Proyecto 333, pronúnciese tres trenta y tres, 3 meses, 33 prendas de ropa. Y eso para qué. Pues porque soy culo inquieto mujer de retos, algunos serios (El First, ser madre de acogida de una niña saharaui entrarían aquí) y otros bastante tontuscos ( el reportaje para TV3 telenoticias hablando de libros entraría no aquí, sino directamente en reto suicida). Éste en concreto me parecía simpático, y fácil. Voy de ecofriendly y reutilizadora y un micropelín hipster y yo que sé. Y bueno, no sé vosotras. Si estáis en el extremo de: ‘¿33?, camisetas blancas ya tengo más de 44. O en el otro lado: ‘con 33 prendas me visto yo y toda mi familia el año entero. Yo… en un cómodo ni tanto ni tan poco.

Estoy casi al final, porque empecé el 21 de junio, pensé que hacerlo en verano era más sencillo, con dos ventajas añadidas: la primera, vivo en una ciudad mediana de playa, lo cual interpreto como voy en chanclas de mayo a octubre ambiente más o menos relajado. La segunda, mi vida social 1.0 consiste en pasear al perro del parque a una cafetería con terraza sombreada, arrastrar a las niñas del parque a una cafetería sombreada. A veces el recorrido admite variaciones tan alucinantes como la playa, o la biblioteca. Lo cual interpreto como voy en chanclas de mayo a octubre ambiente más o menos relajado.

Y ahora el inventario, espero que incompleto, no quiero aburriros. Pero que lo mejor es al final las conclusiones devastadoras para mi ego asombrosas.

Mis 33 prendas, prenda:

1.- Tres pantalones largos. Dos son tejanos (Ay que se ha escapao una barcelonada) uno blanco, otro negro. Un pantalón arena o camel o toffee un pelo más formal. Que solo me lo he puesto una vez en todo el verano, y era un funeral. Espero no volver a ponérmelo.

2.- Un pantalón corto, para mí es prácticamente un minishort para Blair son casi bermudas. Gris con el acabado con unos bordaditos en negro.

Inciso, antes de que estuviera de moda yo ya iba en pijama por la calle. En verano o en invierno, en plan top lencero con chaqueta gorda y tejanos con botas. Supercómodo, os lo recomiendo mucho. A veces también un pantalón de pijama, como este pantaloncito gris que empecé llevándolo para la playa y en dos días lo he llevado hasta con los políticos.

3.- Una camiseta de tirantes blanca, muy muy fina. Una camisita blanca de tirantes con un bordado. Otra camiseta, esta de batista, también blanca. Una negra.

4.- Un top gris tiza con bordados en blanco.

5.- Chaquetas: una blanca de algodón con un poquito de plumetí por delante y que cierra con cintas, una azul marino que es muy fina y muy rara, como muy suelta y al mismo tiempo como que acompaña. Una negra de algodón con manga tres cuartos.

6.- Una blusa sin mangas y sin botones , sólo uno por detrás. es un cuadro con un cerezo japonés y pajaritos, y la espalda toda negra y bastante transparente y como que se cruza en diagonal. Creo que tengo que poner la foto para que lo entienda alguien. Y creo que me la tengo que poner más.

7.- Un mono negro que me compré en Menorca hace un par de veranos, supercómodo y superfavorecedor, ( o eso me creo) . Escote generoso en V por delante y por la espalda, con taconazo voy a un sarao nocturno, con abarcas me pateo el mercao.

8.- Camisetas de rayas: una de manga corta, otra de manga larga, vale, otra de manga tres cuartos.

9.- Una gabardina color gabardina.

10.- Una perfecto negra.

11.- Una blusa como de seda finurria color nude, que también la compré siendo pijama.

12.- Un vestido de lino blanco muy gustoso de llevar de hace mil años y con vainica. Me lo compré en Kookaï aunque nadie lo diría.

13.- Un vestido color merda d’oca oro viejo.

Y hasta aquí. Ah! no cuentan ni los zapatos, gran temazo donde los haya. Ni la ropa interior, gran supertemazo donde los haya, ni la ropa de deporte, chicas, os aviso que para correr los leggins ya no se llevan, gracias. Mejor shorts. Ah! ni pijamas, que en mi caso los cuento porque los llevo por la vida real.

Conclusiones, y a la vista está,

Lo obvio; no hace falta acumular tanta ropa, ni gastar tanto dinero y energía en el shopping, hay que aprender a simplificar para mejorar tu vida, y todas esas paparruchas verdades como puños.

Soy ecoblogger a la fuerza, porque no tengo pasta para comprarme lo que me gusta, (ni ir de compras, qué suplicio ) pero tengo un puntito egoblogger. Un puntito sólo. Y soy un poquito bipolarmente feliz así.

Soy más que sosa; sooosaaaa, blanco, negro gris o nude. Pero dónde el amarillo, el naranja, el rosa, el rojo, el verde, dónde.

Que qué voy a hacer. Pues en otoño empezar cosas nuevas. Por lo pronto mañana voy a la pelu, y con ganas. Os mantendré informadas.

Imagen

4 comentarios en “Proyecto 333. 3 meses, 33 prendas. Soy ecoblogger, ¿o es egoblogger?

  1. Yo soy eco a la fuerza. Entre mi menguada economía y que ando siempre con la sana intención de perder unos kilitos y entonces para qué me voy a comprar ropa si se me va a quedar grande enseguida (jajajaja, pero oye, que temporada tras temporada caigo en la misma trampa) pues nada, que me compro lo justito…

Replica a Maite Ortega Cancelar la respuesta